¡DALE TÍO! QUE NO HA PASADO NADA

domingo, 7 de noviembre de 2010

Eso fue pura mala suerte. Aguantar el resultados con dos menos y que te lo empaten en el último minuto por una jugada desafortunada, no tiene precio.

Tío Chiche FC venía puntero en el torneo de Harrods con 3 victorias y un empate. Enfrente estaba U. Italiana, que estaba tercero a sólo dos puntos del líder. Muchas bajas tenía el líder y por eso tuvo que completar el plantel con jugadores extras, es decir, que no pertenecían originalmente el equipo.

Con una formación indefinida y con muchos compañeros que se veían las caras por primera vez, el conjunto que no tiene técnico salió a la cancha para jugar una final, otra más.

Muy seguro se mostró Rodrigo, el uno del Rosa, que descolgó todos los centros que tiraban los Italianos y tapó un par de pelotas espectaculares. Tras un tiro libre, y sin merecerlo, Tío Chiche abrió el partido gracias a un rebote que mandó a la red Dan, el carrilero derecho. El primer tiempo terminó sin pena ni gloria, había que mantener el resultados en los segundos 35 minutos.

Entre que oscurecía y el polvo que se levantaba en cada pelotazo, era muy difícil ver el balón. Tío Chiche fue en busca del segundo, pero el árbitro no cobró una mano y dejó sin la posibilidad de que Lucas se vaya mano a mano contra el arquero. Una puteada innecesaría de Nico hacia el árbitro por no haber sancionado la infracción dejó al equipo con uno menos. Los nervios se apoderaban del Tío y cinco minutos más tarde se quedaba con 9 por una patada del Cabe sobre un rival (se arreglaba con una amarilla). Refugiado en el fondo y aguantando como fuese iban a ser los últimos 15 minutos del partido.

Pelotazo, asistencia de taco de Santi y la pelota le quedó a Lucas, que encaró y lo bajaron en el área. ¿Penal? Al menos eso es lo que cobró el árbitro y expulsó al infractor. Pelu no lo desaprovechó. Cambió la falta por gol y eso le dio aire al equipo, que ya no tenía piernas. 2-0 y a seguir aguantando. Centro tras centro caía en el área. Entre el arquero que descolgaba todo y los defensores que estuvieron perfecto rechazando lo que viniese, Tío Chiche conservaba la ventaja de dos goles. Pero a 5 del final, cayó otra pelota en el área y el arquero despejó de nuevo... pero el rebote le quedó al delantero que no perdonó.

El partido estaba muy caliente, se hablaba más de lo que se jugaba y se metía innecesariamente muy fuerte. Cuando el tiempo estaba cumplido el árbitro levantó la mano y alzó cuatro dedos, marcando lo que se iba a adicionar. A seguir sufriendo...

A los 37, una nueva pelota cayó en el área de Tío Chiche: el arquero rechazó con los puños y la pelota rebotó en la cabeza del Topo, el lírico del equipo, que no sabía donde meterse. Nadie le reprochó nada, fue pura mala suerte. Era el 2-2 merecido por el trámite del partido, pero inmerecido por la garra, por las ganas, por defenderse con dos menos por una parte del partido y con uno menos en el final del mismo. Fue un baldazo de agua fría. La U lo festejó como el título, pero Tío Chiche sabe que queda mucho por delante, y no va a bajar los brazos.

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